El sol es sinónimo de salud cuando se toma con moderación (puedes consultar nuestro otro post sobre consejos para tomar el sol de forma saludable). Fuente de vitamina D, estimula nuestra energía y optimismo. Pero no todo es color de rosa con el sol: hay una serie de medicamentos que debes conocer que pueden hacer que este sol nos afecte. Se les llama “fotosensibilizantes”, y significa que si los utilizamos cuando nos exponemos al sol nos pueden producir reacciones en la piel como irritaciones, manchas, alergias o hasta quemaduras.
Cóctel peligroso: sol y algunos medicamentos. Vamos a identificarlos
Pocos nos lo imaginamos, pero la lista de medicamentos que pueden provocar reacciones adversas (reacciones cutáneas, quemaduras de sol o insolación) si tomamos el sol es bastante extensa. En esta lista te presentamos la mayoría de los más habituales:
- Los antibióticos: la tetraciclina, la doxiciclina, las fluoroquinolonas (Ciprofoxacina), la levofloxacina y las sulfamidas (Septrin).
- Los antiinflamatorios no esteroides, incluso el ibuprofeno y el naproxeno.
- Los diuréticos como la furosemida (Seguril), la hidroclorotiazida (Hidrosaluretil y todas las combinaciones de ésta con enalapril). Esta es especialmente peligrosa, pues favorece el cáncer de piel. Por ello, es muy importante usar fotoprotectores todo el año si se usa esta medicación.
- Los medicamentos beta bloqueadores, como el metroprol, el atenolol y el carvedilol.
- Los medicamentos para tratar ciertas condiciones cardíacas o la presión sanguínea, como el amiodarona y la quinidina.
- Los bloqueadores de canales de calcio tales como la nifedipina y el diltiazem, así como los inhibidores de la ECA como el enalapril.
- Los antidepresivos tricíclicos: entre otros la amitriptilina (Tryptizol)
- Los antihistamínicos, como la difenhidramina.
- Las drogas anticolinérgicas, como Vesicare, que tratan la incontinencia, la vejiga hiperactiva y muchas otras condiciones.
- Las drogas antipsicóticas, como el haloperidol la olanzapina (Zyprexa), la quetiapina (Seroquel) y el risperidone (Risperdal).
- Los estimulantes, como el metilfenidato (Rubifen)
- Los descongestionantes, como la pseudoefedrina y la fenilfedrina.
- Los medicamentos para la diabetes, como el Daonill.
- Los medicamentos de quimioterapia contra el cáncer.
Por norma general, los pacientes crónicos que reciben algún tratamiento periódico conocen los posibles efectos adversos de esos medicamentos. En cambio, si los usamos de forma puntual, probablemente no estaremos familiarizados con los mismos. Por ello es fundamental leer bien los prospectos de principio a fin, pues en ellos se detallan los efectos secundarios y las contraindicaciones. Con todo, lo más aconsejable es consultar con tu farmacéutico de confianza antes de exponerte al sol.
Perfumes y cremas cosméticas
Algunos cosméticos pueden provocar reacciones en la piel (generalmente manchas), como los perfumes y los aceites esenciales. El sol y el ácido retinoico tampoco son compatibles. Convendría no utilizarlo en verano, pero si sigues usándolo, deberías bajar la concentración y evitar exponerte al sol.
El retinol y los ácidos como el glicólico y el salicílico, se pueden seguir aplicando, pero siempre por la noche, mientras durante el día hay que usar protección solar alta y limitar la exposición solar. No son realmente fotosensibilizantes, pero como producen una exfoliación, la piel queda más desprotegida y expuesta a sufrir quemaduras y manchas. Lo ideal es iniciar estos tratamientos ya después del verano.
Reacciones de la piel frente al binomio sol/medicamentos fotosensibles
La mayoría de estos medicamentos fotosensibilizantes puede causar quemaduras de sol más o menos inmediatas. A menudo son quemaduras que se asociarían a una exposición más prolongada al sol de lo normal, sin que haya sido así.
Aparte de las quemaduras, también podemos tener reacciones alérgicas, como picor, ampollas, sarpullido, incluso hasta varios días después de tomar el sol.
De la insolación nos acordamos pocas veces y algunos medicamentos también la pueden favorecer. Como algunos medicamentos reducen la capacidad natural del cuerpo de sudar, aumenta por otro lado la cantidad de veces que se orina, y al tener menos sensación de sed, bebemos menos agua. Los síntomas de la insolación pueden aparecer bastante rápido, sobre todo en la gente de más edad, que, además, suelen estar “polimedicados”.
Vamos a lo práctico
Abre tu caja o cajón de los medicamentos y revisa los que tomas habitualmente (puedes leer los prospectos identificando los efectos secundarios y contraindicaciones). Puedes marcar con un símbolo o la palabra “Sol” los que sí son fotosensibilizantes y así los tendrás controlados cada vez que los utilices.
Si no lo tienes claro, puedes consultar en tu farmacia habitual; ellos sabrán bien cómo orientarte y explicarte cuáles pueden entrañar algún riesgo. Y además, te podrán indicar si hay alternativa o sustituto para esos medicamentos. Por ejemplo:
- Si tomas medicamentos fotosensibilizantes tampoco implica que no puedas salir de casa o que vayas pegado a los edificios buscando la sombra. Sé práctico/a:
- Usa ropa holgada y fresca, mejor de mangas y perneras largas. Cúbrete la cabeza: usa una gorra, sombrero, pañuelo, etc. Pero intenta ir ligero, con pocas prendas
- Usa el protector solar adecuado (mínimo de FPS50), la cantidad correcta y reponlo a menudo.
- Cuando compres tu protector solar, intenta que sea de “amplio espectro«. Quiere decir que bloqueará los rayos ultravioletas que provocan reacciones con los medicamentos y los que causan quemaduras de sol.
- Ponte la crema solar unos 20 minutos antes de exponerte al sol y renueva la aplicación cada 2 horas si te mantendrás al sol.
Disfruta del verano y del sol con cabeza
Tomar alguno de los medicamentos de los mencionados u otros que también se consideran fotosensibilizantes no implica que no puedas disfrutar del sol y el libre del verano.
- Si sabes que vas a pasar el día o unas horas al aire libre, planifica un poco lo que te pones y lo que te llevas.
- Si tienes hobbies o practicas actividades al aire libre, intenta realizarlos durante los momentos menos calurosos del día, pronto en la mañana o por la tarde.
- Mantén tu cuerpo hidratado: el agua y las bebidas isotónicas ayudan a mantener una temperatura baja en tu cuerpo, pero, como todo, no exageres con las últimas para no aumentar tu presión sanguínea o reducir los niveles de sodio.
- La cerveza fresquita y el vermut están muy buenos, pero no abuses. Lo mismo pasa con el café: el alcohol y la cafeína son diuréticos y te costará más permanecer hidratado.