La tos es un mecanismo que actúa como una barrera de defensa que protege nuestras vías respiratorias. Tanto si es un acto reflejo como involuntario, al final es un recurso de nuestro cuerpo para expulsar el aire de los pulmones, como respuesta natural que ayuda a mantener las vías respiratorias limpias y protegidas. Actúa como una señal de alerta que indica que algo irritante o extraño está presente en nuestras vías respiratorias. Aunque puede resultar molesta, es esencial entender su función y cómo manejarla adecuadamente.
¿Por qué se produce la tos? La mucosa que envuelve las vías respiratorias superiores desempeña un papel de barrera protectora. En cuanto entra en contacto con cualquier substancia irritante, esta mucosa lanza una señal de alarma, se inflama y da lugar a la tos.
Tos seca y tos productiva ¿Las sabemos diferenciar?
Existen diferentes tipos de tos, cada una con sus propias características y causas.
- La tos seca ocurre cuando no hay producción de moco o flema y puede ser causada por virus, bacterias o sustancias irritantes. Es una de las más molestas y aparece en los primeros días de una infección viral en la nariz y la garganta.
- Por otro lado, la tos productiva se presenta cuando hay un aumento en la producción de moco, lo que puede indicar una inflamación más severa o una infección en las vías respiratorias. A veces es consecuencia de que la tos seca evolucione, cuando en las vías respiratorias inflamadas se produce un más denso que cae de la nariz y se estanca en la faringe. Cuando es resultado de enfermedades infecciosas agudas y crónicas que pueden afectar a la tráquea, bronquios o pulmones, es importante valorar los síntomas y si es necesario consultar al médico para definir la causa de la tos y aplicar una terapia correcta.
- Por último, la tos aguda o persistente puede ser más prolongada en el tiempo y puede tener diversas causas, desde problemas ambientales hasta enfermedades subyacentes. Hablaríamos de tos aguda si no supera las dos semanas y de tos persistente cuando se prolonga hasta cuatro semanas. La tos persistente, que puede ser productiva o seca, se puede hacer persistente porque nos hacemos más susceptibles a factores ambientales como el frío, el ambiente seco o la contaminación.
Por la noche y estirados, ¡peor!
La posición horizontal hace que nuestras vías respiratorias estén más comprimidas, lo que dificulta la respiración y favorece la acumulación de moco en las vías respiratorias, pudiendo aumentar la necesidad de toser. En este caso, la tos puede interferir con nuestro descanso y afectar nuestra calidad de vida.
En estas situaciones, acabamos respirando por la boca durante el sueño, lo cual, en ambientes secos, pueden derivar en la deshidratación de las mucosas de las vías respiratorias superiores produciendo irritación y en consecuencia tos (puedes encontrar «tips» y consejos para dormir y descansar en este artículo).
Y no olvidemos que el contacto con sustancias irritantes (humo de tabaco) o con componentes alérgenos (detergentes o suavizantes para la ropa de cama, polen o ácaros en la almohada, …) también pueden provocar tos nocturna.
¿Los niños tosen más?
La tos es algo muy común en la infancia, pero puede ser preocupante para los padres, aparte de que puede llegar a afectar a la convivencia en el hogar. Dado que la tos puede ser un síntoma de distintas patologías, es importante detectar si está acompañada de otros síntomas. Como suele estar asociada a enfermedades virales y/o resfriados, en estos casos no es preocupante. En todo caso lo adecuado es observar si la tos está acompañada de otros síntomas y, si es necesario, consultar a un médico para un diagnóstico adecuado.
Qué hacer para aliviar la tos
Para aliviar la tos, existen algunas medidas que pueden ser útiles.
- En general beber muchos líquidos frecuentemente, ayuda. Y si hablamos de bebidas templadas como tisanas o tés, facilitan que el moco fluidifique, lo que facilita su eliminación.
- Limpiarse la nariz varias veces al día y, especialmente en los niños. Obviamente, cuando nos lavamos la cara o nos duchamos con agua tibia, contribuimos a que la nariz esté más libre de mocos.
- Durante la noche se recomienda no abrigarse excesivamente.
- Evitar los cambios bruscos de temperatura: es buena costumbre usar bufandas y gorros que puedas usar en la calle y te puedas quitar fácilmente en un interior.
- Ventilar las estancias de la casa para facilitar la renovación del aire.
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